¿Eterno retorno? ¿A que? ¿A las mismas situaciones? ¿Al sabor amargo? ¿Al miedo y luego amor de la gente? ¿A las traiciones?, o peor, ¿Al desinterés apático? Si bien espero que no sea aquello, hay que prepararse. Voy en tercer año de universidad, y no va a ser eterno como el liceo. Voy a tener que enfrentarme a Dios, a la desesperanza, a las ganas de morir, a la solitud, a ser, a no ser, a restringirme, a moderarme, a desatarme, a no aguantar ni asentir, a tantas cosas que mi corazón melancolizo espera no enfrentarse y vivir en la oportunidad y la apatía. Han pasado ya 2 años de constante trabajo farmacológico y terapéutico, pero la muerte mía y de mi familia sigue latente. Por esos días pensé que era lo mejor restringirme y que me catalogaran de loco. Loco, eso soy, no me afecta ya derribar muros, hacerme responsable del meollo en el que fui criado, ya no culpo a nadie, ni siquiera a mi, sería mas fácil si alguien tuviese la culpa... Stop, eso aprendí, a parar, pero como vuelvo a mov