"(...) Porque has querido fundar condescendiendo con los hombres, sujetando tu impulso, así se construye sin alegría y la obra, que sale muerta, ni la aprovecha ni Dios ni el Diablo. Yo, fundaba, hija, según el croquis divino que se me pintaba en el pecho. Y no buscaba gustar a nadie. No era para ésos mi fiesta y ¡qué habla de gustarles! ¡Te acuerdas que salí a los cuatro años, fugada con mi hermanito, en busca de herejes que nos descabezaran! Nos hicieron volver, y casi paró la hazaña en azotes; pero estaba la vida para el desquite. ¡Y en grande me desquité, tú lo sabes! (...) - Madre, le digo: ¿No habrá un poco de vanidad en eso de fundar mucho? -Si se funda menos, hija, el tiempo sopla con sus carrillos firmes y no deja nada. Los vanidosos esquivan los actos para librarse de mofas. Es ejercicio de humildad, construir y construir."