El vino me está salpicando en las piernas, el sol está salpicando a través del espejo y dentro de mis venas burbujean mil locuras que salen a chorros y atropelladamente. Les digo todo lo que se me ocurre, todo lo que estaba embotellado dentro de mí y que la risa ha liberado de algún modo. Con el sol salpicando a través de la ventana vuelvo a experimentar el esplendor de aquella época miserable en que llegué a la U por primera vez cuando era un hombre perplejo e indigente que vagaba por las calles como un espectro en un banquete. Todo me viene a la memoria precipitadamente: los baños que no funcionaban, el campus de Los Héroes, los barrotes de la ventana, la sensación de asfixia, el incesante galope contra mi voluntad, las cucarachas de mi casa, las borracheras, lxs compas agonizando a la luz del sol. Bailar por las calles con la guata vacía y de vez en cuando visitar a gente extraña... Como dijo Kase o: "¡borracheras, si, borracheras!"